El primer libro en lengua castellana sobre la Comunicación NoViolenta en el ámbito profesional

Marta Delgado Urdabinia y Mar Madrid Caballero, ambas miembros destacados de #AMEE, facilitadoras de procesos de #JusticiaRestaurativa, nos han hecho un regalo a la sociedad y ¡¡¡han publicado el primer libro en lengua castellana sobre la Comunicación NoViolenta en el ámbito profesional!!! 👩‍🎓

Se titula ✴✴LA COMUNICACIÓN NOVIOLENTA EN EL TRABAJO: un enfoque colaborativo para empresas, instituciones, escuelas y grupos.✴✴ (Editorial Acanto).
El propósito de este libro es proponer una manera de comunicarse e interactuar con las personas que promueva entornos de confianza y contribuya a resolver los conflictos de una forma dialogada.
La forma en la que nos comunicamos tiene un impacto en la atracción o rechazo que provocamos en las personas de nuestro entorno. El libro utiliza infinidad de ejemplos para abordar con «eficacia y desde la conexión» las dificultades cotidianas con las que nos encontramos en nuestro entorno laboral, sea cual sea tu profesión.

Algunos de sus capítulos del libro son:

  • Cómo el lenguaje conforma nuestra realidad.
  • Los modelos de gestión: conocer qué motiva a las personas en el trabajo, más allá del sueldo o la persecución de incentivos materiales.
  • Expresar mensajes difíciles y mantener la conexión de nuestro interlocutor (feed-back en la evaluación del desempeño);
  • El papel de la escucha en el conflicto y la negociación;
  • Decir “NO” y escuchar un “NO”: el disentimiento como parte de la vida;
  • Qué pasa cuando me equivoco: afrontar el error;
  • El arte de pedir disculpas;
  • ¡Déjate de halagos y cumplidos! El reconocimiento como fuente de motivación.

Todos los miembros de AMEE utilizan el enfoque de #LaComunicaciónNoViolenta como enfoque básico a l ahora de diseñar y ejecutar tantos los procesos restaurativos como los encuentros restaurativos víctima-autor. AMEE trabaja en colaboración con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias bajo un convenio de colaboración firmado en año 2016.

Puedes encontrar el libro en puntos de venta habituales tales como #ElCorteInglés, #laCasadelLibro, #Fnac, #Amazon entre otros

Vicente Sánchez Velasco nuevo presidente de honor de la asociación AMEE

AMEE Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha nombra a Vicente Sánchez Velasco, CEO de Aranzadi LA LEY, presidente de honor de la asociación.

Vicente Sanchez Velasco, consejero delegado de Aranzadi LA LEY y miembro del patronato de Fundación Aranzadi LA LEY, lleva prestando su apoyo incondicional, a nivel individual y empresarial, a AMEE Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha desde nuestros inicios, en el año 2013. Justo el lunes, la asociación cumplía diez años, y desde el principio la ayuda de Sánchez Velasco y su empresa han sido imprescindibles para continuar llevando a cabo nuestros procesos de #JusticiaRestaurativa.

Hace poco, en unas declaraciones a AMEE, Vicente Sánchez señalaba: “Muchas veces (en los procesos judiciales) se neutralizan los sentimientos de la víctima y los sentimientos del agresor. AMEE contribuye al proceso de responsabilización del agresor, de reparación del daño, no sólo a la víctima sino también a la sociedad. Así como al proceso de reinserción y de ayuda a la reconstrucción de la víctima”.

Una de las colaboraciones más significativas de Vicente Sánchez Velasco y Fundación Aranzadi LA LEY ha sido la firma conjunta del convenio de colaboración con AMEE y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que lleva vigente desde el año 2016.

Vicente Sánchez Velasco y Fundación Aranzadi La Ley son un claro ejemplo de la contribución de la empresa privada junto con las instituciones públicas, al fomento de la justicia restaurativa. Complementando el proceso judicial y contribuyendo a la prevención de los delitos y la reinserción social de las personas penadas, gracias a lo que, todos en nuestra sociedad, nos beneficiamos.

Gracias y enhorabuena a Vicente Sánchez Velasco, a Aranzadi LA LEY y a su Fundación y a todo su equipo, esperamos caminar juntos muchos años más.

Primeros resultados del estudio pionero sobre Justicia Restaurativa en prisión

AMEE ha presentado los primeros resultados del estudio sobre el proceso de responsabilización en el marco de la justicia restaurativa en prisión en la XII edición del Seminario Internacional de Justicia restaurativa, organizado por el Foro Europeo de Justicia Restaurativa, en colaboración con el Gobierno de Navarra, financiado y coordinado desde la Dirección General de Justicia, en Pamplona, los pasados 22 y 23 de junio.

Bajo el nombre: “Medición de la eficacia de los programas de justicia restaurativa sobre la reeducación y reinserción de las personas penadas”, AMEE Asociación para la Mediación el Encuentro y la Escucha, ha dado a conocer la ‘Evaluación de los procesos de responsabilización en los programas de Justicia Restaurativa dentro del ámbito penitenciario’.

Rocío Nicolás, miembro del equipo profesional de AMEE y docente investigadora en formación de la Universidad Complutense de Madrid, presentó los resultados pre-test así como los resultados macro. Dentro de ellos se observa cómo los autores se dan cuenta de las consecuencias que han tenido sus delitos para ellos mismos, y encuentran formas de reparación tanto a sí mismos como a sus familias.

Las formas de reparación más frecuentes, que detallan, son la muestra sincera de arrepentimiento, la petición de perdón y de la intención de no reincidencia. Como señalan los primeros resultados del estudio, el 35% son capaces de identificar tres formas de reparación del daño a las víctimas, y un 50% son capaces de ver las consecuencias que ha tenido su delito para las víctimas.

En su mayoría los autores de delito desean reparar el daño cometido a la víctima, aunque encuentran más posibilidades de hacerlo en su entorno cercano y en la sociedad, que a la propia víctima.

El XII Seminario Internacional de Justicia Restaurativa ha contado con 140 profesionales de 29 países diferentes. De esta forma se consolida como una red, con la que se trata de contribuir, exponiendo las experiencias, las buenas prácticas y creando un tejido multidisciplinar de cara a proyectos europeos. El Foro Europeo es una institución internacional, con más de 20 años de experiencia, y es un órgano consultivo del consejo social de las Naciones Unidad y del Consejo Europeo.

Amee apoya el espectáculo ‘No, gracias’ de la artista Zahy Vera

Desde la Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha (AMEE) apoyamos el espectáculo ‘No, gracias’, que se celebra en el Teatro Bellas Artes el próximo 24 de junio de 2023 a las 12:00 horas. 

Es una obra de Zahy Vera, artista, bailarina y terapeuta, en la que relata en primera persona su propio proceso biográfico de sanación y transformación del abuso sexual vivido en la infancia. Zahy ha trabajado con AMEE una parte de su proceso restaurativo y de sanación, y colabora con nosotros para enviar al mundo ese mensaje de esperanza y transformación.

Al final de la función, tendrá lugar un coloquio en el que se contará con la presencia de Pilar González Rivero, Presidenta y Directora de Proyectos de la Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha (AMEE). En este coloquio se pretende acercar al público a la realidad de la Justicia Restaurativa y de los «Encuentros Restaurativos». Estos “Encuentros” son el final de un largo proceso en el que personas que agredieron en el ámbito de la violencia sexual trabajan la conciencia del delito cometido y la empatía por el daño causado.

Los “Encuentros Restaurativos” son el final de un largo proceso en el que personas que agredieron en el ámbito de la violencia sexual trabajan la conciencia del delito cometido y la empatía por el daño causado.

En la medida en que, fruto de este proceso de responsabilización, nazca en la persona que agredió una necesidad sincera de restaurar el daño causado, tras trabajar en paralelo con una persona que fue víctima de unos hechos similares, si voluntariamente quiere conocer a una persona que cometió un delito en dicho ámbito, se promueve un «Encuentro» entre ambos.

Este proceso busca proporcionar un espacio seguro y constructivo para abordar el dolor y el trauma causados por el abuso sexual a través de la escucha y del diálogo con el otro.

En estos «Encuentros Restaurativos» por un lado, el autor del abuso sexual puede expresar su responsabilización por los hechos y por el daño ocasionado por el delito y pedir perdón desde una posición de arrepentimiento y dignidad recuperada por la sinceridad y profundidad del propio proceso, y, por otro lado, la persona que fue víctima pueda relatar las consecuencias que los hechos pudieron tener para ella y formular las preguntas que puedan surgir. Desde ahí pueden generarse las bases de una comprensión sanadora mutua.

No es infrecuente descubrir que las raíces de la violencia generada y sufrida se encuentran en circunstancias biográficas acontecidas en la infancia de ambos. Sentir y vivir este proceso, a pesar de lo difícil que puede ser para las partes implicadas, puede tener efectos sanadores insospechados y una verdadera capacidad restauradora de lo que el abuso sexual quebró. Esta metodología de abordar el abuso sexual a menores es eficaz, entre otros, para prevenir la reiteración en la conducta del abuso.

Banco Santander patrocina ‘El proyecto integral de Justicia Restaurativa y Mediación con personas penadas’

En Amee estamos de enhorabuena. Hemos empezado el año con un nuevo patrocinador, muy involucrado con nuestra labor social.

Banco Santander (su división de Santander Justicia) será uno de los encargados de patrocinar ‘el proyecto integral de justicia restaurativa y mediación con personas penadas’, que consiste, principalmente, en el acompañamiento a los autores de delitos en el proceso de responsabilización y de reparación del daño causado, tanto ante la víctima, como ante la sociedad.

El convenio ha sido firmado el día 3 de febrero y tendrá vigor hasta el 31 de diciembre de 2023. Este patrocinio complementa la subvención de la Comunidad de Madrid para el ejercicio del proyecto de Justicia Restaurativa y mediación con personas penadas.

Gracias Banco Santander por querer ser parte de la asociación AMEE, y contribuir a la reinserción de personas penadas y a la repercusión que se produce de manera consecuente, ante la totalidad de la sociedad.

La Justicia Restaurativa en delitos de explotación sexual

Jose Mª Genís Pedra

Leer el artículo original en diariolaley

Experiencia de la práctica de la Justicia Restaurativa en los delitos de trata de seres humanos con la finalidad de explotación sexual. El relato que viene a continuación describe el Encuentro Restaurativo que se produjo entre una persona condenada por trata de personas y una persona víctima NO VINCULADA de este mismo delito. Ambas fueron acompañadas por Amee (Asociación para la mediación, el encuentro y la escucha) en su preparación para el Encuentro.

Os traemos la experiencia de la práctica de la Justicia Restaurativa en los delitos de trata de seres humanos con la finalidad de explotación sexual.

El relato que viene a continuación describe el Encuentro Restaurativo que se produjo entre una persona condenada por trata de personas y una persona víctima NO VINCULADA de este mismo delito. Es decir, que, coincidiendo la misma tipología del delito, no coinciden víctima y victimario en el mismo acto delictivo.

La persona autora del delito pasó por un programa de Justicia Restaurativa de Amee consistente, en su primera fase (Fase I o de Responsabilización), en diez sesiones grupales con otros autores y varias sesiones individuales. Este encuentro que se relata es parte de la Fase II o de Reparación de dicho programa.

Realizamos un acompañamiento a la persona víctima no vinculada en su preparación durante las sesiones necesarias para estar en disposición de realizar el Encuentro Restaurativo con la autora. Ella, la persona víctima, accedió voluntariamente al encuentro.

En este caso, existe la singularidad de que la persona penada fue, a su vez, también víctima de trata, circunstancia que es más frecuente de lo que imaginamos en este y en otros tipos de delito, como por ejemplo, los delitos contra la salud pública.

Esperamos que os guste el relato.

Sobre un Encuentro Restaurativo entre dos mujeres de la trata facilitado por Amee

7 de marzo de 2022

Toledo. Enigmática ciudad, de belleza única. A Toledo he acudido tres veces para facilitar un encuentro restaurativo entre Olga y Kay (nombres ficticios).

Se me eriza la piel cuando recuerdo sus historias, que tienen que ver con la trata de personas, con la prostitución forzada y con la huida de la pobreza y la represión.

Olga nació en un país del este de Europa. Para ayudar a su familia a llevar una vida un poco más digna, aceptó venir a España a trabajar limpiando o en restauración. Sin conocer el idioma, sin ninguna experiencia en la vida, a sus 19 años no había salido de su pequeño pueblo en donde nació.

Vino aquí engañada por la redes de trata y explotación sexual y tuvo que ejercer, atemorizada por las consecuencias que, no hacerlo, podía tener para ella o para su familia.

Relata que vivir en el club era como estar en una prisión, una cárcel emocional y psicológica, no se atrevía a escapar de allí; se imaginaba, con total ignorancia de cómo es la vida, un mundo cruel afuera, todavía peor que en el que ella vivía forzada a vender su cuerpo para saldar la deuda.

Tuvo que recurrir al alcohol para soportar esta situación, se hizo adicta.

La recibimos Natalia y yo (Natalia me acompaña en este viaje aportando su cálida mirada y su armas de terapeuta profesional, que me dan tranquilidad) el primer día muy abiertos a acoger lo que viniera. Nos encontramos una mujer apocada, habla bajito, se atreve poco. Oculta una fuerza interior tremenda y una determinación cristalina. « La experiencia de la vida te hace fuerte » nos confesó después.

Estas cualidades las descubrimos tras contarnos su relato. Tras esa figura que, en un primer momento, se percibe vulnerable, hay mucha solidez y claridad en lo que quiere y no quiere hacer. Y lo hace. Sólo le inquieta su hijo de 5 años, que es su motor y su vida, y el daño que puede hacerle que un día le cuenten que su madre ejerció la prostitución. No sabe cómo acometer esa pregunta de su hijo y sufre por ello.

Hacemos dos sesiones con ella, distanciadas un mes, para que nos muestre a esa Olga dolida y entristecida por haber perdido la juventud: hoy tiene más de 30 años. Por haberla perdido a la fuerza, esclavizada y obligada a ser rentable para beneficio de otros, de la forma más cruel que puede haber.

Le preguntamos qué le gustaría saber de los autores de su delito, qué querría pedirles y lo tiene claro: quiere entender … Quiere saber por qué lo hacen, si tienen de todo, si son de familia desahogada como sabe que lo son, por qué lo hacen. Ella no comprende sus motivos, sus metas, su no importarles el dolor y el sufrimiento de las chicas. Ni sus vidas…

Quiere saber y al mismo tiempo quiere justica, y tiene rabia y miedo. También tristeza, mucha; nos relata con añoranza lo feliz que era en su pueblo, hasta que emprendió el maldito viaje con destino a la perdición, a la marca de su vida, marca de hierro y fuego, para siempre…

Quiere volver a su pueblo, a conectar con la naturaleza, la sencillez y sentirse segura en los bosques y en su familia. « No encuentro mi sitio aquí » nos dice.

Se resigna a esperar a que su hijo tenga 18 años y que su padre no pueda impedir que se lo lleve.

Aun así, no guarda rencor hacia sus agresores. Sólo pide justicia. Estaría dispuesta a encontrarse con ellos para conseguir respuesta a su pregunta ¿Por qué?

¿Y qué pasa con Kay? Ella pasó 7 años en la cárcel condenada por trata de personas.

Nació en un país subsahariano, violento, y con nulas posibilidades para las mujeres, condenadas a pasar su vida en la cocina de un hombre. Su familia, con pocos medios, sí pudo darle educación secundaria . Tal vez esa preparación alimentó el coraje y la determinación para huir de ese su país, para negarse a ser casada y «servir» a un hombre toda su vida. Quiso una vida mejor y emprendió la migración ilegal a Europa, la Europa de la esperanza para muchos que huyen de la pobreza, la represión, la violencia y el indeseado destino que les espera si se quedan.

Dos años duró su viaje, pasando momentos muy duros, abusos, extorsiones, hambre y sed, desprecio de las autoridades de los países por los que transitaba…

Llegó por fin a España y, tras estar varios años saldando la deuda que había adquirido con las mafias de las pateras, prostituyéndose, pudo, por fin, ser libre y buscarse la vida. Emprender una nueva vida, con las mil estrecheces que ser un inmigrante ilegal supone.

Durante el camino a Toledo, me contaba que ella pudo salir porque sabía contar , sabía ir restando lo que ganaba y entregaba de la deuda, ir tachando renglones de cifras que te acercan a la libertad, como cuando nosotros miramos satisfechos el capital pendiente de la hipoteca de nuestras confortables casas.

Y me contaba que otras no podían hacerlo… No podían descontar ni acercarse a la libertad porque no sabían leer, y por tanto, contar.

Su chulo las tenía esclavizadas de por vida porque su deuda no se amortizaba jamás. Una prueba más de que la educación da alas.

Kay pasó sus 7 años en prisión. Durante ese tiempo se sintió rabiosa porque se consideraba inocente. Su hermano, dedicado a traficar con chicas, le pidió acoger a una de las chicas en su casa. Ella no colaboraba con esa banda de su hermano, pero accedió a su petición, y este «favor» familiar le llevó a ser considerada como parte de la organización criminal que traficaba con personas.

«En la prisión se piensa mucho» nos contaba, «le das vueltas a todo y, si eres capaz, cuestionas todo en lo que crees y llegas a conclusiones». «Pidiendo ayuda también se avanza».

Kay participó en un Programa de Justicias Restaurativa de Amee, y en él descubrió su delito y qué fue lo que la llevó a cometerlo.

Se dio cuenta de que estuvo encubriendo a su hermano, que no denunció los hechos que sabía estaba cometiendo. Hechos que causan tanto dolor y marcan de por vida a personas como Olga.

Y, con dolor y esfuerzo, entendió qué buscaba cuando ayudó a su hermano, cuando pasó de puntillas por lo que él estaba haciendo, y no impidió que otras chicas, como ella, como Olga, sufrieran todo lo que ella conocía.

Kay entendió que se sentía en deuda con su hermano, que las relaciones familiares estaban fuertemente afianzadas en ella, y que necesitaba imperiosamente ayudarle en lo que le pedía.

Kay es una mujer muy fuerte, se nota enseguida su energía, su confianza en sí misma . Su relato, su discurso, está siempre impregnado de emoción, no le cuesta decir lo que siente y empatiza con facilidad con el que sufre. A pesar de que su español es limitado, te llega muy adentro lo que dice, te toca el corazón, sobran las palabras imperfectas.

El encuentro

Nos encontramos los cuatro, Olga, Natalia, Kay y yo, una mañana toledana, soleada y fría en la entrada del edificio en donde se ubicaba la sala del encuentro. Las presentaciones de rigor, ambiente tenso, dos desconocidas iban a dialogar, a contar sus dolores, sus heridas, y desconfiaban de lo que se iban a encontrar.

Hacer un encuentro restaurativo con media cara tapada por la mascarilla es antipático. Desgraciadamente, no teníamos tapabocas transparentes y era festivo y no podíamos comprar.

Nos pareció buena solución salir un rato al exterior y quitarnos el embozo del rostro, vernos todos las caras completas para recordar después, durante el acto sagrado del encuentro, las facciones que había tras el velo. Lo hicimos también al terminar, verificando que el rostro que grabamos en nuestra memoria seguía ahí, tal vez más distendido, más en paz.

Tras los actos protocolarios —agradecer, destacar el coraje y la disposición, las breves presentaciones de cada una, ¿cómo estáis ahora? Olga nerviosa, y las normas básica del encuentro (confidencialidad, voluntariedad), el papel de los facilitadores (imparcialidad, neutralidad)— hablamos del objetivo: dialogar entre persona víctima y persona penada sobre los hechos de cada una en un formato de libre expresión de sensaciones y sentimientos para sanar, en alguna medida, el daño sufrido y el dolor por el daño causado. Y, si llegase el caso, alcanzar algún acuerdo que satisfaga a ambas.

Empezó Olga. Tenía tanto que decir… que contar… que demostrar lo que había sufrido… Estuvo un buen rato, Kay escuchó con mucha atención, dando espacio, dando tiempo ¿De dónde han sacado estas chicas esta calidad de escucha? Me dejan boquiabierto…

Y no hizo falta hacer nada. En pocos minutos se había generado una conexión entre corazones por la que fluía sin barreras toda la comprensión y empatía que era necesaria.

La conversación fluía en ambos sentidos y se entendían tan bien que los facilitadores quedamos de meros espectadores de ese baile, a su ritmo, un vals, un, dos, tres, un dos, tres, andante, a veces adagio y en algún momento un allegretto…

Recogimos varios sacos de empatía. Incluso se nos salió desbordante de los mismos, sobraba.

Cosechamos también frases para enmarcar: «lo que tú llamas puta, es una vida » dijo Olga poniendo énfasis en la mirada de los clientes de los clubes. «la gente ve su delito (la prostitución), no a las chicas» dijo Kay. «Aunque haya terminado, las cosas quedan , marcan, para siempre» empatizó Kay tras el relato de Olga.

«Me alegro de que hayas perdonado a tu hermano» le dijo Olga a Kay cuando ésta contó que se había reconciliado con su hermano y que trabajaba con esmero en sensibilizarle a él y a otro hermano para que «vieran» el sufrimiento de las chicas.

«Hay que dar voz a esas niñas» decía Olga tras responder a la pregunta que le hicimos ¿Qué te gustaría que pudiera hacer Kay para reparar? Le pidió que siempre que viera a una «niña» de la prostitución le dijera que se puede salir, que hay maneras, que no desesperen, que pidan ayuda y que hay otra vida fuera. Ella también lo haría.

Me hubiera gustado hacer una foto de sus ojos … Dos pares de canicas brillantes, profundas, determinantes, maduras, compasivas, amorosas y admirables. Tuve que conformarme con los pies…

De todo lo que he contado, me quedo con el abrazo que ambas se dieron al final, un abrazo de oso, sincero e impregnante, fundido en un solo cuerpo, las moléculas de ambas mezcladas, me gusta la palabra inglesa «merged».

No tengo ni el menor resquicio de duda de que Olga y Kay, especialmente la primera, más necesitada de pasar página, son hoy personas distintas, han dado un paso en aliviar un pasado que está marcando su vida, en dejar atrás el dolor de fondo que siempre tienen presente.

Con este relato quiero mostrar la forma en la que hacemos Justicia Restaurativa en Amee.

I Jornada de Orientación Profesional en Educación Social

AMEE ha presentado los valores y la base normativa de la Justicia Restaurativa en la I Jornada de Orientación Profesional en Educación Social en la Facultad de Educación y Formación del Profesorado de la Universidad Complutense de Madrid.

Hemos tenido la oportunidad de reflexionar con los alumnos y alumnas sobre qué aspectos añade la Justicia Restaurativa al modelo de Justicia Ordinaria que tenemos. Algunas de sus reflexiones han desembocado en resaltar la importancia de la escucha al otro, del diálogo, del espacio de expresión para los participantes de un conflicto, es fundamental para que este se cierre: si no hay diálogo y escucha, el dolor permanecerá.

Esta jornada, orientada a la selección de prácticas y posibles salidas profesionales dentro de la Educación Social, ha permitido conocer a las alumnas y alumnos el ámbito penitenciario desde el enfoque de la justicia restaurativa.

Encuentros restaurativos entre víctima y autor de delito

Jose María Genís Pedra y Beatriz Martín Linsenbarth.

Leer el artículo original en diariolaley

En este artículo abordamos la realidad de los procesos restaurativos entre una persona que ha sido víctima de un delito y su autor o autora. Ponemos el foco en la persona de la víctima y analizamos cómo aborda el ofrecimiento de participar en un proceso restaurativo, en qué se concreta dicho proceso preparatorio para el encuentro y cómo transcurre dicho encuentro víctima – autor/a. Recogemos dos testimonios de personas víctimas tras su participación en sendos encuentros restaurativos.

Desde la Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha (AMEE) venimos publicando, de forma periódica, nuestra experiencia y reflexiones en torno a la Justicia Restaurativa. Concepto éste, el de Justicia Restaurativa, ya ampliamente desarrollado desde estas páginas, en el que aparecen con claridad tres actores principales, acompañados de un elenco de actores secundarios: la persona que ha sido víctima de un delito, la persona que ha cometido dicho delito y la sociedad, como marco en el que tienen lugar tanto los hechos delictivos, como sus consecuencias, además de esas circunstancias previas que devinieron en delito.

Los procesos restaurativos impactan en todos estos actores principales, así como en esos actores secundarios que mencionábamos, y que están constituidos por familiares y personas del círculo de influencia, tanto de víctimas como de autores, junto a mediadores, personal de las instituciones en las que se impulsan los procesos restaurativos, profesionales del ámbito judicial y tantos otros que quizás no lleguemos a identificar de forma precisa, a los que, sin embargo, llega también el efecto beneficioso de estos procesos.

Recientemente culminaban varios meses de trabajo con sendos encuentros restaurativos entre la persona que había sido víctima del delito y una persona autora del mismo tipo delictivo. Como viene siendo habitual en ocasiones anteriores, en ésta el encuentro tenía lugar entre víctima no vinculada y autor no vinculado. Y, sin embargo, este hecho no ha supuesto una merma al impacto que el encuentro ha tenido sobre ambas personas.

I. El proceso restaurativo en las víctimas

Hoy queremos centrar nuestra mirada en las personas que han sido víctimas. ¿Cómo es para ellas el proceso restaurativo? ¿Cómo viven el encuentro con la persona que ha sido autora? ¿Qué impacto tiene dicho encuentro a posteriori en su vida, en sus relaciones?

La idea de un proceso restaurativo no suele surgir en el contexto del procedimiento judicial ordinario. En nuestro caso, nos acercamos a personas que creemos que pueden estar interesadas en completar el procedimiento ya vivido, con una elaboración complementaria que ayude a abordar cuestiones que todavía están pendientes. Cuando hablamos de cuestiones pendientes para la persona que ha sido víctima de un delito estamos pensando, entre otras, en la necesidad de poder expresar todo el dolor y sufrimiento derivado del delito vivido, consecuencias, a veces intangibles, pero no por ello menos dolorosas, como puede ser la pérdida de confianza, la permanencia de una sensación de vulnerabilidad. También pensamos en aquellas preguntas que quedaron sin contestar, porque no son del ámbito del proceso penal, pero sí son relevantes para la persona

En el caso de los dos procesos restaurativos que hoy queremos compartir nos acercamos a ambas personas, cada una de ellas víctimas de acciones diferentes, con una antigüedad de los hechos que nos hacían pensar que ya había una elaboración en relación con los mismos, pero cuyas consecuencias seguían muy vivas a día de hoy. Consecuencias que son siempre de índole psicológica y emocional, lo que se traduce en un impacto más o menos evidente en sus relaciones personales y, a veces, profesionales, así como en su relación íntima consigo mismos.

II. Asombro y agradecimiento

Nuestro ofrecimiento de elaborar de forma acompañada por un mediador experto en procesos restaurativos, suele acogerse con asombro y agradecimiento por parte de quien ha sido víctima de un delito. Asombro, porque no es un ofrecimiento esperado, por cuanto que las personas que han sido víctimas no suelen tener noticia de la existencia de procesos restaurativos. Y cuando descubren la posibilidad de elaborar el sufrimiento derivado del delito, el espacio que se les ofrece en el que pueden expresar todo el dolor, todo el sufrimiento vivido, todas las palabras que quedaron pendientes de ser expresadas, para ser escuchadas, comprendidas y acogidas con intención de restaurar en lo posible lo que quedó quebrado y desatendido, sienten un gran agradecimiento.

El trabajo de elaboración previo al encuentro restaurativo con la persona que ha sido víctima tiene una duración flexible, en función de las necesidades de la propia persona. Independientemente de la duración, el objetivo es claro: ofrecer ese espacio de escucha plena en el que la persona puede compartir todo aquello que vivió en el momento de sufrir el delito, las consecuencias que el mismo ha traído en su vida y cómo está a día de hoy con dichos hechos y consecuencias. La escucha que le prodiga el facilitador del proceso ofrece varios beneficios: la calma del desahogo, el bálsamo de la empatía, la claridad de posibles nuevos enfoques. Y como colofón a ese proceso de transformación del dolor y sufrimiento, se plantea la opción de encontrarse con la persona autora del mismo delito, autora vinculada o no vinculada.

Con dicha persona autora se desarrolla un trabajo paralelo, de elaboración de la responsabilidad en relación con el delito. Se trata de un trabajo amplio y profundo, siempre voluntario, que ya hemos descrito pormenorizadamente en otros artículos anteriores. El proceso con la persona autora le propone una profundización en su responsabilidad en relación con el delito, a través de un trabajo que incluye elaborar su propia biografía, con una clara intención de desarticular patrones de comportamiento existentes, sostenidos por estructura familiares, experiencias pasadas, así como por su condición económica, social y cultural. La persona elabora el delito y su impacto en la víctima, en un ejercicio de empatía que ya le va preparando para el posible encuentro con la misma. Es un proceso transformador, por cuanto que la persona se pregunta de forma clara y concreta de qué manera quiere contribuir a la sociedad en el presente y en el futuro, elaborando respuestas nuevas y vivificantes.

III. El momento del encuentro

En el momento en que ambas personas están preparadas para el encuentro personal, éste tiene lugar.

Queremos compartir en estas líneas la experiencia de dos de los últimos encuentros que hemos facilitado. Para ello, debemos retrotraernos al pasado diciembre de 2020. En la antesala de las Navidades facilitamos dos encuentros restaurativos, que fueron un poco más especiales, ya que tuvieron lugar en la sede del propio centro penitenciario. Gracias al impulso del personal directivo del Centro Penitenciario Madrid 1, en concreto a su Director Jesús Moreno y al Subdirector de Tratamiento, Ángel Sánchez Plaza, a los que siempre estaremos agradecidos por la apuesta sincera y valiente que desde el primer momento hicieron para apoyar nuestro proyecto restaurativo, fue posible arbitrar ambos encuentros en el mismo centro en el que están cumpliendo condena las dos personas que han sido autoras.

Ambos encuentros fueron tan intensos y asombrosos como lo son todos ellos: dos personas, vinculadas por unos hechos aciagos, se sientan frente a frente, nerviosas, con dudas sobre cómo va a ser el encuentro que tienen por delante, y dialogan con honestidad sobre unos hechos de absoluta vulnerabilidad. Vulnerabilidad que nos conecta con el dolor y sufrimiento de la persona que ha sido víctima, y con la vergüenza y culpa de quien ha sido autora del delito.

III. El momento del encuentro

En el momento en que ambas personas están preparadas para el encuentro personal, éste tiene lugar.

Queremos compartir en estas líneas la experiencia de dos de los últimos encuentros que hemos facilitado. Para ello, debemos retrotraernos al pasado diciembre de 2020. En la antesala de las Navidades facilitamos dos encuentros restaurativos, que fueron un poco más especiales, ya que tuvieron lugar en la sede del propio centro penitenciario. Gracias al impulso del personal directivo del Centro Penitenciario Madrid 1, en concreto a su Director Jesús Moreno y al Subdirector de Tratamiento, Ángel Sánchez Plaza, a los que siempre estaremos agradecidos por la apuesta sincera y valiente que desde el primer momento hicieron para apoyar nuestro proyecto restaurativo, fue posible arbitrar ambos encuentros en el mismo centro en el que están cumpliendo condena las dos personas que han sido autoras.

Ambos encuentros fueron tan intensos y asombrosos como lo son todos ellos: dos personas, vinculadas por unos hechos aciagos, se sientan frente a frente, nerviosas, con dudas sobre cómo va a ser el encuentro que tienen por delante, y dialogan con honestidad sobre unos hechos de absoluta vulnerabilidad. Vulnerabilidad que nos conecta con el dolor y sufrimiento de la persona que ha sido víctima, y con la vergüenza y culpa de quien ha sido autora del delito.

IV. «El encuentro me ha aportado serenidad, alegría, tranquilidad y esperanza»

Creemos que las propias palabras de las personas víctimas que han sido protagonistas de dichos encuentros van a ser mucho más iluminadoras que cuanto pudiéramos decir nosotros, que fuimos testigos silenciosos de los mismos.

Comenzamos por el testimonio de I.A., víctima no vinculada, que participó en un encuentro restaurativo que se desarrolló en el Centro Penitenciario de Mujeres Madrid 1, en diciembre de 2020.

«Quiero agradeceros la oportunidad que me habéis brindado en el proyecto de justicia restaurativa que estáis llevando adelante.

El encuentro en el que tuve la ocasión de participar ha sido muy rico a nivel personal habiéndome aportado serenidad, alegría, tranquilidad y esperanza.

Encontrarme en mi camino con quien verbalice y sienta la necesidad de pedir perdón y que me haya posibilitado su aceptación es un gesto de humanidad que dignifica a quién lo da y a quién lo recibe.

La valentía de quién solicitó su perdón me hizo sentirme pequeña, éste no es un gesto fácil en el día a día así que sólo puedo darle las gracias. Esto me ha llevado a aprender a pedir perdón a todas aquellas personas que han compartido mi camino hasta el día de hoy.

Mi actitud abierta al ser humano viene de lejos y ahora de manera natural se ha afirmado y espero seguir aportando esperanza día a día en mi aportación a la sociedad a la que pertenezco.

Siento la necesidad de dar calidad humana en las relaciones interpersonales que tengo con todas aquellas personas con las que me relaciono, intentando humanizar cada acción diaria que realizo, deseo que esto también haya ocurrido en el encuentro que realicé.

Un enorme y cálido abrazo».

Continuamos con un segundo testimonio, también de una víctima no vinculada, en este caso A.V., que participó en un Encuentro Restaurativo en el mismo Centro Penitenciario de Mujeres, Madrid 1. El encuentro tuvo lugar en diciembre de 2020.

«Resignación, asunción del dolor. Vivir con algo injusto, antinatural, e ir integrándolo en tu ser hasta que parece parte de ti. No esperaba que hubiera otra opción, y por eso, cuando me ofrecisteis una alternativa, pese a que fue como una grieta de luz abriéndose paso en un terreno desértico, me sonaba algo utópico.

Sin embargo, la esperanza siempre es más fuerte que todas las dudas. Por primera vez, alguien tenía una alternativa a tapar, a superar, a asumir que alguien te había hecho daño y tú sencillamente tenías que vivir con ello. La alternativa era mirar cara a cara ese dolor, y… ¿sanarlo?

Cuando se lo contaba a mis cercanos, apenas me atrevía a pensar que existiera la posibilidad de sufrirlo menos, porque también había asumido que esa posibilidad tampoco era para mí. Igual que también había asumido que quererme a mí era más difícil que querer a otras personas, y que tenía que vivir con ello.

Esta experiencia no es únicamente el encuentro en sí, sino las sesiones preparatorias, el abrazo en estas sesiones, la preocupación constante sobre tu bienestar, la libertad absoluta en todo momento, la mirada buena sobre ti.

Estas sesiones hacían que me preguntase también sobre la otra parte; ¿tendría ella, como agresor/a, la mirada buena?

Cuando te tuve delante, supe que sí, que habías vivido también un abrazo que no esperabas, y que por eso estabas aquí.

Éramos dos personas con un dolor similar, y en aquel momento, más allá de nuestros actos y nuestro dolor, éramos dos personas con una necesidad imperiosa de entender a la otra parte, porque sólo comprendiendo a la otra parte podríamos encontrar sentido a ese encuentro. Necesitaba comprenderte, preguntarte por qué hiciste lo que hiciste, para comprender mi propia historia, y a mi propio agresor/a. Necesitaba ver tu dolor por ello, y vaya si lo vi. Ni siquiera recuerdo tu aspecto físico con nitidez, y no tuve noción del tiempo. Sólo te escuchaba, con todo lo que era, corazón, mente, alma, con la sensación de que todo mi ser se jugaba en ese instante.

La intensidad con la que sucedió ese encuentro me obligó a guardar reposo y silencio durante los días posteriores, para poder escucharme, pero poco a poco iba creciendo en mí una alegría que se instauró desde el mismo momento en el que me despedí de vosotros, y que, contra todo pronóstico, se mantiene. Siento que comprendo. Siento que ha remitido tanto la rabia, y que tengo de nuevo el deseo de sanar de verdad, de no resignarme, y que este ha sido El paso para ello.

Me siento infinitamente agradecida y preferida por haber tenido una opción. Una opción nueva, distinta, que destruye barreras. Me siento infinitamente afortunada de saber que hay personas que no se rinden, que siguen teniendo fe en las personas por encima de sus actos, y siguen creyendo en la transformación, en el cambio, en la renovación, en el bien. Pienso que sois esperanza para el mundo. Solo puedo decir que, aunque a veces pensemos que algo así es imposible, probemos, tengamos fe. Y que yo puedo testimoniar que, en ocasiones, lo imposible se hace posible».

A la luz de estos testimonios sólo nos resta poner en valor el poder que dichos encuentros tiene para las personas que han sido víctimas de un delito: supone una experiencia que les permite cerrar, por fin, una vivencia que había quedado incompleta. La vivencia se completa al poder expresar al autor del delito todo aquello que necesita ser expresado para que éste pueda ver, no ya a una etiqueta, «víctima», sino a la persona, al ser que ha sufrido y sigue sufriendo a consecuencia de dichos hechos. Descubrir a la persona acerca, nos vincula irremediablemente a su dolor y concreta la necesidad de aceptar la plena responsabilidad por los hechos cometidos, no ya de una manera conceptual, sino de una manera real y tangible.

Poder expresar el dolor a quien lo propició, poder recibir la escucha de esa misma persona, quien acoge dicho dolor y sufrimiento, se hace responsable de él y se ofrece para restaurarlo, tiene un poder liberador.

Las personas que entraron al encuentro, salen renovadas por el proceso con el otro, algo se transforma con el acto de compartir y se libera para ambos.

Artículo «Transformación humana a través de la justicia restaurativa» en el Diario LaLey

Cuándo aparece el sentimiento de empatía del infractor hacia la víctima.

Artículo que tiene como propósito constatar el valor añadido que aporta la Justicia Restaurativa a nuestra sociedad. Presentamos uno de los pilares sobre los que se sustenta la Justicia Restaurativa: la responsabilización de los hechos por parte del autor y la mirada empática hacia su víctima. Somos testigos de que una transformación esencial tiene lugar en el ser humano que ha cometido un delito y que transita por el proceso de Justicia Restaurativa propuesto por AMEE .

Ponencia de AMEE en ANVC Worlwide Gathering

Tenemos el placer de comunicarte que AMEE (Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha), participará como ponente el día 27 de junio a las 6 p.m. en el Worlwide Gathering organizado por el The Center for NonViolent Communication (CNVC). Compartiremos nuestro Proyecto de Justicia Restaurativa, mediación penal y penitenciaria. Hablaremos de nuestra experiencia facilitando Formaciones en CNV en Centros Penitenciarios. También de las Mediaciones penitenciarias llevadas a cabo y, ¡lo más importante!, explicaremos el modelo del proceso de JR que estamos llevando a cabo en la actualidad, incluyendo testimonios de personas que han participado en nuestros procesos.

Nuestro Proyecto está dirigido por Pilar González Rivero, doctora en Derecho Penal. Pilar fue Magistrada Suplente de las Secciones Penales de la Audiencia Provincial de Madrid. Ha ejercido como abogada penalista y ha sido profesora de Derecho Penal en diferentes Universidades. Es también mediadora.

La ponencia durará una hora y media. Será dinamizada por Mar Madrid, Formadora Certificada en CNV, Mediadora y socia co-fundadora de AMEE.

Te esperamos con la ilusión de compartir nuestra experiencia y modelo de proceso restaurativo con el deseo de que, quizás, pueda servir de inspiración en cualquier otro lugar del planeta.

La inscripción es gratuita. El CNVC pide un donativo voluntario. Habrá ponencias en inglés, español, francés y alemán. Participarán más de 40 Formadores Certificados, de diferentes países alrededor del Mundo.

Más información e inscripción aquí: https://cnvc.org/